Castillos en el Aire






-¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
Pasó a través de la puerta y desapareció.


Final para un Cuento Fantástico. 
I.A. Ireland



Yo no sé contar cuentos. Tampoco sé escribirlos. Ni siquiera soy capaz de encontrarles un principio ni un final. Pero adoro que me los cuenten. Que me los escriban. Y siempre que lo hacen, queda suspendida en el aire la misma pregunta:


¿Qué hay dentro de los cuentos?

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